¡ Qué espera tan larga
esperarse a uno mismo !
dejar que, lentamente,
todo vaya cuajando,
madurando la verdad
al asolado cerebro.
¡ Que espera tan larga
perseguir un mundo
donde todo sea bueno !
vacilar en fantasías
que no ocuparán cuerpo,
que no son sino destellos
de hechos condenados,
de voces incineradas …
¡ Qué espera tan larga
es la esclavitud !,
¡ Qué espera tan amarga
el solo de silencios !
¡ Qué eterno el éxtasis
del amor espontáneo !,
y qué corto …,
que acaso es la vida.
Y … ¡ qué pena la pereza,
qué odiado el odio,
qué búsqueda tan yerta
la de la filosofía,
qué espera tan larga
esperar mover la mano,
esperar nos den alimento !
Sí. ¡ Qué espera tan larga
esperarse a uno mismo !
Esperar mientras se vive,
morir mientras se duerme.