No quiero que interpeles por mi nombre,
tampoco de tu apariencia externa,
háblame acerca del color de tu alma,
basada en lo que expresas por la boca.
Háblame del color de tu sonrisa,
o de un rostro semblante de un niño
háblame de cuan bello es el cielo
que lo tienes en tu sonrrisa.
Háblame de mares abiertos,
de profundos océanos, de esperanzas disparadas en la historia. y ayudarte en la que mas lo necesites.
y déjame mirarte con ojos puros
para así ver tu transparencia