soneto I
Manos marchitas, manos afinadas,
nadie piropeó vuestra belleza.
Es mi pluma quien loa gentileza,
y vuestras ansias sean airadas.
Oh manos marfileñas, cobijadas
bajo el hábito viven la viveza
solas en el temblor de la pureza
de un amor, suavidades ignoradas.
Anhelan el volar: latir de vuelos
en la paz interior de la clausura,
respirando el lugar de los anhelos
entre las rejas de una inquietud pura,
sacudida por los místicos desvelos
hacia la cumbre infiel de la hermosura.
En los jardines de la primevera II
En los jardines
de la primavera
florecen tus besos.
En los jardines
de la primavera
resplandecen tus luceros.
En los jardines
de la primavera
me trae aromas tu viento.
En los jardines
de la primavera
me estalla del interior tu fuego.
En los jardines
de la primavera
eres tú la musa de mis sueños.
En los jardines
de la primavera
éntrame la belleza de tu cuerpo.
-salvador-
garnada,mayo 2012