En la noche de san Juan
volaron cientos de papas,
de papeles entintados,
y lavatorios con agua.
Se vio la flor de la higuera,
a las 24 horas pasadas.
Un trío de lindas damas
se vieron recién casadas.
una de ellas celebraba,
su nombre y el de aquella santa,
los cristales muy seguidos,
sonaron como campanas.
Al mirarse al espejo,
tenía mirada rara.
Tambaléandose después
no vio nada de nada.
El milagro lo hizo el vino,
nacido de una parra,
en la noche friolenta
celebrando a doña Juana.