Busco un gato tuerto,
aquel que maldijo mi casa
y quedó grabado en el huerto
después de consumar su venganza,
entre fuego, entre brasa
toda columna falló,
pero en mi mente no halló
la perversidad que me abraza.
Ahora taso en la balanza,
el objeto de mi perversión;
trato de justificar la razón
de mi cruel acechanza.
Y al gato tuerto de la venganza;
le acaricio, le perdono, le tengo
y en mis manos mantengo
el ojo donde perdió la esperanza.
EPEV- Poerrante. 04/05/12