Dos vidas, dos mundos
completamente distintos,
dos mentes, dos cuerpos
que no parecen tener afinidad
entre ellos...
Pero una misma luna,
que contemplamos quizá
al mismo tiempo,
un sólo Dios,
a quién damos toda
nuestra adoración...
Y en mi corazón,
late un anhelo, un sueño,
de algún día juntos
contemplar la hermosura
de esa luna, su llenura
su esplendor,
de enamorarnos uno del otro,
y amarnos así,
con el amor más sincero
que haya existido nunca,
con el deseo de llevarlo
íntegro hasta la tumba...