Cualquiera de estas noches
me dará el corazón en su lengua
con un sorbo de wisky
y encontraré en su boca mi hogar,
y en sus labios, mi sosiego.
Me dirá que me quede
que tenemos que hablar
sus miradas no esquivarán las mías,
ni sus manos, mi pelo.
Me propondrá marcharnos
sin fecha de regreso,
haremos el equipaje juntos,
de esperanzas y sueños.
Pasearemos de la mano,
bajo la noche estrellada;
él ya no temerá por mi vida
ni yo tendré miedo a perderlo.
Estaremos tan unidos
como las dalias a la tierra,
más unidos que el cuerpo al alma
más que el aire al viento.
Cualquiera de estas noches
cuando menos me lo espere
será la más feliz de mi vida.
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