Amor,
heme aquí
con mi espada y escudo de poeta
intentando enviar a ti
como jardinero del amor
esta lluvia de sentimientos
con los que regar quiero tu ego fémino.
Sabiéndome bendecido por San Valentín
quiero decirte a toda voz
y a los cuatros vientos
las cuatros T de mi pasión varonil por ti:
te deseo,
te extraño,
te necesito,
te quiero,
te quiero mucho tener para algún día
demostrarte piel a piel que TE AMO,
a pesar de lo difícil de este camino
que intento recorrer junto a vos,
de tú a tú.
Hoy, he canjeado con Cupido
toda la pobreza de mi bolsillo
por estos enamorados versos,
¡versos sinceros de un hombre enamorado
como lo estoy yo de ti!,
y me ha preguntado en que me has cautivado
y le he respondido sin pensarlo:
su boca que me habla,
sus manos que me escriben,
sus ojos que me leen,
sus oídos que me escuchan,
su corazón que late diferente,
sus sienes que almacenan todo lo que de mi va para ella
pues la reciprocidad en mi existe, ella lo sabe bien.
Amor,
heme aquí
con mi espada y escudo de poeta
sintiéndome realizado
porque sé que tu ego fémino
al leer este poema
se alimentará completamente
y se sabrá feliz de tener
dos corazones:
el tuyo
y el mío.