Lágrimas se derraman en la tierra
al rebosar mis dos ríos de penas
resbalan por caída en las mejillas
el sufrimiento de agua que las llena.
Lágrimas como nubes en un sueño,
esponjas blancas de viejos recuerdos,
los truenos y rayos de estos mis llantos
nunca cumplirán este único anhelo.
¡No llores más por tu causa mi amigo!
Pero nadie se acercó y me lo dijo,
pero nadie puso su mano en mi hombro,
pero nadie dijo: ¡Ven yo te ayudo!
Lágrimas ahora impregnan con cansancio
la desdicha en un folio blanco y blando;
que ni la soledad está a mi lado,
que solo ella consolará mi llanto.