Mamá,La manta de tu cariño,
cubrió mi cuerpo completo
en esa noche de luna,
entrado ya el invierno.
Tan lejos de ese hogar
y tan cerca del infierno.
Con los remos en las manos,
del bote que ya no tengo
encalladas, de las veces,
que quise llegar a puerto
envuelto en mis pesares,
que por ciento,que los tengo.
Tan lejos de tu ventana,
al cielo elevé un rezo.
Para que el Dios de todos
llegara a tu aposento,
con la gracia que le pidiera
este hijo, de los lamentos.