He creado un mundo
muy propio y pequeño,
diurno y nocturno;
del pretérito y lo lejano
hasta lo más breve e instantáneo,
súbito y sin postergar asunto,
donde nada esta pendiente,
donde todo es creado
en el mismo segundo
en que es deseado.
Hemos estado entre nubes,
y de la mano subido
rascacielos y montañas.
Aquí nada es a destiempo,
los sueños si se juntan,
como nuestras bocas
que sólo besan y no preguntan.
Tu ser es mi único templo
que guarda bajo las paredes
de seda de tu cuerpo
el tesoro más bello, lo divino,
aunque es duro y largo el camino
no distraigo, ni desvío.
incansable es tu piel mi destino,
yo soy tu fiel peregrino.
Con la luz del Sol sobre tu cuerpo,
confió a tu piel de nube todas mis mañanas.
Con la luz de Luna en tu mirada,
confió a tus ojos de estrellas cada una de mis noches.