Maltrecho es mi camino,
el cual ya no acierto con atino,
mil ideas rondan en mi mente
y nada agradables,
positivas o elocuentes,
y aun sabiendo que a la gente
no agradara satisfactoriamente.
Yo, un humilde ser,
esperanzador en un amor
que jamás llegara,
veo como mis sueños
se escapan como en un fugaz
juego de azar,
perdiendo toda oportunidad
a un mundo de felicidad,
y dejándome inmerso en un mundo
de tinieblas y oscuridad
sin del mismo poder escapar.
Ahora de este amor perdido
hundido y destrozado,
veo mi alma sin futuro,
solo alimentando mis días
con un suplicio vacío,
en una desesperada consecuencia vana
por existir un día más,
sin rumbo,
sin norte,
sin puerto al cual desembarcar,
sin tener un claro horizonte.
Mi corazón vive sin una razón
para el cual vivir,
y mientras por dentro muero,
en un oscuro invierno,
mi alma se desvanece,
dejando quizá,
un vano recuerdo,
o una triste melodía de mi ser
el cual ya ni se puede entonar.
Maldito amor,
que haciéndome creer
en una opulenta imagen,
te muestras como eres
cruel y despreciable,
risueña y malévola,
sin escrúpulos,
la cual espera
que me rinda y muera.
Quizá debería dejar de existir,
pero te privare de ese gusto
dado que para mi no es opción
la cual mis fantasmas ahuyentar,
a cambio veras en su lugar
una terrible tempestad,
el más terrible de los infiernos,
una herida profunda
que emana sangre sin cesar
y dicha sangre llamada dolor.