-a Tuki
Viéndote, el azul se me echa
encima.
Viéndote, la palabra me dulcifica
el sentir.
Viéndote, el Genil me lava
las telarañas.
Viéndote, florecen los jardines
de mi huerto.
Viéndote, la soledad se me hace
recreo de fragua.
¿Qué tienes, tú, dulce Tuki,
que el sol brilla más,
que la brisa mueve las aspas
de mis molinos,
que mis pasos se me aligeran?
Oyéndote, la fe se acrecienta.
Oyéndote, el trinar de las aves trae
música callada.
Oyéndote, el diálogo es viveza razonada.
Oyéndote, el misterio es luz.
Oyéndote, la reflexión me suspende
el pensar...
-cual cítaras colgadas de los árboles-.
Oyéndote, se me achica el camino...
Tuki, una palabra tuya
-verso enriquecido por los Jardines del Salón-
deshace los hilos de la duda,
me enriquece "el alma".
Eres voluntad férrea de agua cristalina
(Gracias por darme una mañana soleada,
gracias:hemos compartido la palabra)
-Salvador-
6 de Mayo.Granada de 2012.
Paseo del Salón.