Oscar Perez

Tras los rastros de nuestra soledad

Tras los rastros de nuestra soledad

 

Tiene que ser un ojo el que se juegue

por registrar la nada y el olvido,

tiene que ser un pie, yo te lo pido,

el que avance a la ausencia que me niegue.

 

Y allí una boca hallar que se me entregue,

que quiera como yo un beso encendido,

que lo deje en mi rastro ya perdido

por ver si, muerto ya, mi flor la riegue.

 

Y entonces suplicar a quien doblegue

mi incierta rebelión, mi mal oído,

para que en paz conmigo se repliegue.

 

Y entonces ser tú y yo, solos, un nido

en que algo, eternidad, tu piel se pliegue

para dejar yo aquí lo que he vivido.

 

05 05 12