Le llaman la Súper Luna, por llenar en el perigeo de su órbita y se da cada dieciocho años en forma perfecta su luz es mucho más brillante y su tamaño un 15% más grande, sin embargo no tiene un efecto gravitacional diferente o sea que tatatatatata dice la ciencia. Yo qué se de ello y creo que la luna y a mi relación con ella no le importa. Las cosas que juntos hemos pasado y los llamados que de ella he tenido son sólo puedo compartirlos no demostrarlos, los que me conocen de toda mi vida, lo han llegado a creer, mi alma lo sabe y en cierta manera, eso me basta… ayer fue una de esas súper lunas y aunque esquiva, entre las nubes tras las que se escondía, su luminosidad hizo que el espectáculo fuera muy interesante, los bordes plateados atenuándose en la oscuridad del centro, los efímeros rostros de su imagen al movimiento como baile de un vals muy lento, me capturaron y llenaros mi pecho.
"Pintura de plata hermosa que las manos divinas crean
obra de Dios, arquitecto y supremo creador amoroso
compañera de mis noches, viajes, sueños y poemas
espejo de mis anhelos, mensajera de mis besos al aire
musa inspiradora del maestro de la más íntima música
forjadora de mareas, floraciones, embelesos y romance".
Ha sido una visita especial en fecha especial esta su número treinta y ocho en que me encuentro en éstas tierras que cada día amo más y ya son parte de mi historia pues tienen ya numerosas historias vividas en estos tres años que hoy se cumplen, con ello mi posible “arraigo legal” para tener una residencia con permiso legal para trabajar y con ello cambiar mi vida, reiniciar una productiva actividad y las consecuentes cosas que eso conlleva. Nuevo ciclo de visitas lunares, nuevas puertas de caminos a mi vida, nueva visita o nuevo reencuentro, nuevas lunas siempre viejas y siempre bellas, siempre, siempre…
Súper Lunas.