Tan rápido dejaste las muñecas
que ni te acuerdas cual fue su ultimo vestido.
A tus 16 ya conoces el mundo real,
que ni aun los parias
envejecen sin conocer.
Tu voz te delata,
que eres niña sin madurar
y pretendes durar
formando fibras donde no hay,
trasnochando noches y cruzando días;
teniendo un pasado que fue solo ayer.
Siempre el rosado adornara tu pelo,
recordando a la niña que jugaba ser mujer;
y se convirtió en la mujer que juega
a ser niña a los 16.
El puente se rompió,
ya no volverás
a tus muñecas a vestir.