Gerson E. A. Arenivar

Si fueras un libro.

Si tu fueras un libro en mi librera

ningún mortal podría haberte escrito,

pues en tus páginas la mano obrera

dejaría entre ver su ser divino

 

y al leer en tus ojos mi destino

extasiado en tu sonrisa de sueño

sabría que el Cielo me fue propicio

al ponerte en mis manos como dueño.

 

Pero gracias a Dios no eres un libro,

sino de mi vida la compañera,

puesta por el Cielo ahí, en mi camino

y de todos mis afectos la dueña

 

para leer contigo en el extremo

del día en que amanece nuestro viaje

ideal, predestinado y supremo,

con todo nuestro amor en el bagaje.