Carlos Alberto Domènech Delgado
CUANDO SOMOS DOS
Cuando somos dos, sumamos uno
Y al separarnos, somos muchos.
Tu cuerpo encaja en mi tristeza
Tus ojos naufragan
En el tibio estupor de mis pupilas
Cuando somos dos
La cama es diminuta
Y las horas palpitan en su vértigo
Al ausentarnos, todo se hace ancho
Tridimensional forma del vacío
Tu piel respira en mi agonía
Tus manos brotan en la noche
Y acogen mi mirada
Cuando somos dos
Alteras el álgebra perfecta
De ese deseo incontrolado
Que construye los muros
De un amor indescifrable,
De dos seres entregados
A la pasión de la noche,
A los placeres ocultos
Que nos brinda nuestros cuerpos
Convirtiéndonos en uno
Al separarnos,
Me quedo aletargado en el silencio
Tratando de organizar
Los recuerdos de tu ausencia.
Carlos Alberto Domènech Delgado