charrogaucho

El Pelo

 

Si los abismos son la cuna del viento

su pelo es una consecuencia feliz

los hilos encantados que dejan las tormentas

como una prueba de su piedad.



Se agita entre la línea ecuatorial

de la lluvia y los días

y amanece con los pasos del agua

- los hilos del amor goteando

hacia el despliegue de una catarata.

 

Suele revestirse con flores de naufragio

las observa bailando en círculos concéntricos

que las atraen o las rechazan

como hace la noche con los maullidos

o la comida con la sal.

 

Recuerda los colores de la niñez

la primera letra de la barbarie

el arrullo del viento

la dureza de un capullo de seda.

 

Al atardecer recibe la despedida del sol

que vanamente busca detenerse

y solo atina a transmitirle sus reflejos azules.

 

No deja de crecer pero luego

de ser acariciado se diluye en el aire.

 

Es como una ciénaga donde las manos

de varón descienden para perderse.

 

Hacia la noche toda la humedad le ha sido

bebida. Se vuelven una arena pesada

que cae sobre los ojos y los deja sin brillo.

 

Termina flameando como una bandera

ante la cual solo es posible

la rendición o la muerte.

 

 

Fuente: http://www.orfeodigital.com.ar/cuerpo-mujer/el-pelo