Ya la vida no puede alejarte más. Yo siempre supe que eras un imposible, pero que te vas tan lejos es demasiado. Ya te casaste, así que además de imposible prohibido. Aunque yo me conformaba con mirarte de lejos, amarte en silencio. Esperé cada 31 de enero por dos años seguidos, como si fueran los días más importantes de mi vida, y fueron muy felices en verdad. Que a partir de ahora ya no estarás más en esta fecha, rompe lo que se convirtió en mi tradición más amada, la de buscarte como loca entre cientos de personas, hasta que por un milagro, el destino o la piedad de dios, te encontraba, y así me quedaba, a lo lejos, mirándote, sin valor para acercarme. No hay 31 sin ti Raúl, todos pensaban que mi entusiasmo era por la fecha. No era el día, eras tú.