Amiga de mis mejores días
y mis peores noches,
que con tu calma de verbo
aplacabas mis explosiones.
Cuanto tendré que aprender
de tus mayores virtudes
y cuanto habré de calar
en todas tus inquietudes.
Un día por coincidencia
la vida nos presentó
y fue para que las cosas
marcharan mucho mejor.
Amiga de mis mejores días
y de mis sueños mayores
que con sensible armonía
compartías mis ilusiones.
Cuanto te extraño,
cuanto necesito de tu confianza
y aunque estás tan lejos amiga inolvidable,
aquí tienes otra mano
otra esperanza y otro corazón.
Amiga querida.