Me voy quedando poco a poco sin nada, mis amistades, me dan razón, pero se alejaran, no quieren jaleos y bien en el fondo me critican. Sé que es así y lo acepto. Es difícil comprender, mi manera de vivir. Quiero no perjudicar a nadie, pero tampoco a quien yo quiero, con una amistad, mezcla de cariño y necesidad, de compañía.
Ha pasado el día de la Madre, dos veces lo soy y ni una llamada por teléfono he recibido. No puedo decir que he quedado sorpresa, no, ni triste tampoco. Es el precio de no ser palo mandado, de querer, continuar, a vivir.
Mi consciencia esta limpia, me acuesto y duermo descansada, sin remordimientos, nada estoy haciendo de mal.
No me pasa por la cabeza ni lo entendería, si es por diferencia de edad, que no aceptan, tanto los amigos, como la sociedad. ¿Si somos amigos y compañeros, si nos sentimos solos y nos hacemos compañía, que tienen los años a ver con eso? ¿Será por el no ser rico? Yo tampoco lo soy. Hace muchos años que estoy en internet, no para buscar hombres, como me acusaran, es la soledad, es la necesidad de tener compañía misma muy lejana. En vida de mi marido ya lo hacia y el comentaba que “ no sabia como tenia paciencia para quedar hablando con mi familia y amigos hasta las cuatro de la mañana”, le explicaba que al otro lado del mundo, era temprano y le contaba mis conversaciones, algunas veces venia por tras de mi y mandaba un saludo por la cámara.
La maldad no se hace, existe, tenemos que vivir con los que la tienen, por mi cuanto mas lejos mejor.
No se dan cuenta que tengo una vida, para tras y que mucha gente me conoce, no merece la pena inventar mentiras sobre mi. Solo quedan mal.
Quitando, lo que intentan, denegrir mí persona, estoy bien y feliz con mi compañero, cada uno tiene su vida, cada uno es independiente, pero nos queremos y eso es lo que importa. Explicar que sentimientos nos une no lo puedo decir, es algo que nasció sin semilla, algo que parece raro y difícil de encontrar en este mundo sucio y falso.
Tuvimos suerte, que el hombre no separe lo que Dios unió, ni solo en un matrimonio, pasa eso, en el día a día, también.
No estoy intentando disculparme, no al contrario, estoy a decir que tuve mucha suerte y que de corazón deseo que sea por mucho tiempo.
Quizá sea el regalo, a que tengo derecho, por tanto que he pasado, sola y triste, durante la mayor parte de mi vida, regalando sonrisas y llorando por dentro.
Lo que he escribido y dejo en estas paginas es para aquellos, que no miran a nada a no ser su ombligo y que no tienen capacidad de aceptar que están equivocados sobre los sentimientos de los demás.
En un libro, quedará todo, sin vergüenza ni miedo a que me condenen. La verdad, vale más que todo el dinero del mundo. Por ella voy hasta lo imposible. Sin dudas, ni omisiones, soy solamente la olvidada, por quien no lo debía de hacer.
Oporto 8 de Mayo de 2012
Carminha Nieves