Oscar Perez

Canción para escaleras

Canción para escaleras

 

Y bueno, estamos vivos todavía,

¿por qué entonces llorar y ajarnos,

por qué en las manecillas de los ojos

llevar con lágrimas las cuentas del suspiro,

por qué no andar sencillamente en calma

como árboles movidos tan sólo por el viento

y que aun así reparten aromas, frutos, leña

y una lección de amor con más raigambres que la luna?

Es fácil que el dolor rompa los vidrios,

es fácil que la nieve cruce luego

por los cristales y las esquirlas del rendido,

hasta agotar su frío en la lápida del tedio

y congelar sin prisa la rosa del que sueña.

Pero es más fácil, sol, vecinos, buena amiga,

que juntos nos armemos de guitarras,

de dientes con que arar la desventura

para sacarle un grito o un secreto eterno.

Es fácil, soledad, que entre la turba

te encuentres con los ojos del vencido,

te eleves en la mano del que empuña

con tu color un ramo de esperanzas.

Es tiempo, es cada día, es siempre el turno,

si vamos a vencer, ya ahora marcha.

 

07 05 12