No se excita mi piel al leer,
Los poemas más triste que podrían leerse,
No disfruto los aromas que emanan de otros versos,
Cálidos y vehementes.
Soledades pusieron en mis labios,
Tan locos poemas, simples y rebeldes,
Que llevaron a tus ojos pardos,
A entender locuras que nadie me entiende.
Comprendí que anduve la tierra,
Buscando un camino al cual adherirme,
Sin pensar que las cosas sublimes están,
las más bellas y simples.
Mis poesías vistieron las vivencias,
de tus versos libres que las cultivaron,
y encontré que solo era un poeta,
que tu ojos llenaron de halagos.