Levántate del piso
no es sitio para un ser humano vivir
porque otro quiso,
en el piso todo es gris,
¡nada es blanco!,
¡nada es negro!,
allí los colores de la vida
no se divisan ni a un milímetro.
Levántate del piso
y sale a buscar en las calles de la vida
ese oxigeno de la existencia humana
que está más arriba de los rascacielos
de este tiempo,
¡tiempo de “no estar muerto”!
¡tiempo de “estar vivo”!
y más si sabes que al lado izquierdo de tu pecho
guardas bellos, dulces y tiernos sentimientos.
Levántate del piso
que no eres alguien que nació
para vivir en la habitación del olvido,
ni ha de pasearse por capricho ajeno
por las calles del “no existo”.
Mírate,
mírate bien,
¡vuélvete a mirarte de pies a cabeza,
y de espalda a pecho mírate de nuevo,
levanta el ancla de tu mirada
y echa a andar nuevamente el barco de tu ego,
disfruta de la vida de tus años
y no de tus años de vida,
que por vividos solo son páginas leídas
de un único libro: tú
Levántate del piso,
recordando esto:
más que el dolor del pasado
y el miedo al futuro
vive el presente.