Las banderas flameaban junto al viento; los cristales de la esperanza, volaban con el viento y se incrustaban en los labios y en los ojos de los que alli marchaban. Miles de banderitas blancas y cirios encendidos resaltaban sus vestidos negros. No hubieron discursos ni palabras, solo querian con su dolor traer de vuelta a casa a los desaparecidos que el monstruo de la guerra se los trago, a los presos politicos que el regimen los condeno por atreversen a pedir igualdad y a soñar un mundo diferente, a los desplazados que todavia escuchan los ruidos de fusil en sus oidos y a los que abandonaron su pais con lagrimas en sus ojos.
Las banderitas blancas todavia caminan en las noches soportando la indeferencia, esperando que tu y yo nos unamos a su luto y a su dolor para que sea mas masticable sus dias y sus noches.