Tche mi Fiel amigo
Fiel amigo de día que al verme mueve tu cola y de noche velas mi sueño, en mis penas das alegría y en la felicidad tú era mi dulce compañías.
Fiel amigo que tus gestos, movimientos y ladridos, acompañaron mis días, sé que mis palabras no las entendía, pero con tu rostro dices que me quieres.
¡Cuantas veces tus amos derramaron lágrimas sobre tu pelo!
¡Y como tus ojos tristes comprendieron los sufrimientos!
A veces me costaba comprender que aún con tus dimensiones, tú también sabías querer y entender...
¡Que sabias son, esa frase que dice que sólo te falta hablar!
Hoy me doy cuenta al saber que estás herido, que, seguro, echas de menos mis cariños, como yo tus ladridos.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz