Libertad, ¿cómo eres?¿Existes? ¿En qué mundo,
en qué nube, en qué cielo?¿En qué nada,
en qué abismo, en qué sueño enfermizo,
en qué mente alocada?
¿En qué anhelo profundo, en qué cruel paraíso?
Es tal vez al final de este correr frenético,
después de confinarte en un sueño poético,
de guardarte escondida en un rincón secreto
del corazón doliente, en el momento justo de llegar
que es el momento justo de partir,
que el hombre volará en el infinito:
sin sur ni norte, ni oriente ni occidente,
sin arriba ni abajo, ni delante o detrás,
que sabremos, quizás, qué es la Libertad,
sin temor, sin recelo, sin ansiedad, sin lucha.
En el centro perfecto del equilibrio ansiado,
sin dolor ni nostalgia, sin motivo ni meta,
sin atadura alguna a este triste planeta.
Celina Vautier