Te quiero,
por mis venas me palpita
la dulzura de tus palabras
y tus ojos pequeñitos
sin haberlos visto nunca
se clavaron en mi mirada.
Te quiero y
mi corazón apenado
de tantas guerras pasadas,
y un poco rengo por las circunstancias,
te nombra antes de acostarse
y nuevamente, por las mañanas.
Te quiero,
nunca reproché nada al destino
pero me quejaré por tanta espera
cuando ya he aprendido,
lo suficiente para dar las gracias,
pedir perdón al crucifijo,
y un por favor inmenso
para que me deje vivirlo.
Te quiero y
hoy no tengo las palabras,
solo espero que te llegue
mi beso a la distancia,
mis abrazos, mis susurros
que te dicen al oído
no sabes cuán feliz
me hace haberte conocido
Te quiero,
desde siempre así ha sido,
aún en otros brazos
quise tenerte conmigo,
no me había dado cuenta,
más el corazón ya lo sabía,
hoy me lo ha confesado
cuando le dije que te quería.