Hoy, después de un largo abandono
te encuentras otra vez en mi vida
regresas como si nada hubiera pasado
¡a mi alma quieres conquistar!
¡a mi corazón, enloquecer!
Hoy te digo, que no puede ser,
nunca más tuya seré.
El olvido me tuvo compasión,
¡de mi alma te aparto!
el viento en sus alones de mi te ahuyentó.
Entiendo…que no concibas
que no puedas comprender
que un amor como el que sentía por ti
se hubiese consumido
¡esfumado!
¡te preguntas y me preguntas!
¿qué fue de ese amor?
y ya sin atrición,
sin lágrimas de dolor, te contestó
“ese amor murió…murió de desolación
el día que de mí te alejaste
una puñalada certera le asentaste
¡agonizante quedó!
¡suplicando en vano!... por tu amor
poco a poco…el dolor lo consumió
…y en soledad…murió”.
Te veo sufrir… llorar
como tantas veces lo hice por ti
más tu dolor
¡en nada conmueves a mi alma!
ningún vestigio de ese amor queda en mí
ya nada me importa de ti.
Hoy…sólo te queda olvidar que me amaste
resignarte a que me has perdido para siempre
desde el día que de mi te fuiste,
sin importarte
¡el amor que sentía por ti!
¡mi desesperación y tormento!
ahora…solo puedo decirte
que ruegues…¡ruega porque el olvido venga a ti!
que se conduela de tu sufrimiento
y tenga piedad…como de mí la tuvo.
NM de la Rosa