Ví tu cuerpo,
!Oh tu cuerpo!
lo vi. en fotos al fin lo vi,
es más bello,
mas perfecto,
mas fémino
que como en mi mente
lo dibujé.
Un gran fuego,
Un ardiente fuego
de deseos de hombre
encendió el sur de mi ombligo
y el ancla de mi varonil sexo
levantó y allá se fue a navegar
mi imaginación.
Vi tu cuerpo,
!Lo vi! a lo lejos
pero lo ví,
mis manos y mi lengua
envidiaban lo que en ellas
mis ojos tocaban de tu cuerpo,
mi imaginación compenso
esa discordia:
puso mi lengua
!ay mi bendita lengua!
y mis manos
¡ay mis santas manos!
en tu ombligo y solo les dijo:
!avancen al sur, sin prisa, con calma
como ella no lo soñó alguna vez!,
tu piel se estremeció a mil,
tus orgasmos parecían caballos sin frenos,
locos por salir!
Te amé sin prisa
como una bella luna de miel,
no por ser hermosa mujer
de un cuerpo bendecido por Dios,
sino por esa alma que se muestra en tu bello rostro
y ese sentir que brota de tu ser de mujer.