No sólo de pan vive el hombre
Porque no sólo de pan vive el hombre,
-también vive de rosas su costado-,
aquí traigo un jardín, y lo he dejado
en la tierra fecunda de tu nombre.
Así pues en cantar va su renombre,
su estrella, su placer, su pez sagrado,
recíbelo en tu plato enamorado,
repártelo con todo quien se asombre.
No lo olvides jamás, por más que escombre
con sucio porvenir el gris malvado
las flores que al marchar tu paso alfombre.
De todos es la luz y el sol sembrado,
coséchalos por fin como un prohombre,
que en tu mesa el amor ya está sentado.
08 05 12