Dices que me quieres, que me amas y que solo yo te hago feliz.
Dices que quieres ser lo primero que vea al despertarme y el ultimo beso al dormir.
Dices que si pudieras regalarme el cielo lo harías sin dudar.
Dices esto… Dices aquello…
Pero en ese momento amor no te suelo escuchar, pues una fuerza mas grande invade mi cuerpo y yo solo tu cinismo he de admirar.
Por mucho tiempo escuche tus mentiras viví tus engaños y hoy en día ya no puedo hacerlo mas.
Esa chispa en mis ojos se apago, con el tiempo tus excusas se hicieron cotidianas y ya no me importa lo que haces, donde andas o con quien estas.
Con el tiempo esas mariposas en el estomago al advertir tu llegada no estaban mas y ya no me importa si estas, si vienes o si te vas.
Con el tiempo el anhelo por escribirte cada mañana, por cuidarte cuando enfermabas y ayudarte a andar no siguió más y ya no me importa si ríes, si lloras, si en tu vida las cosas marchan bien o marchan mal ya me das igual.
Sin embargo tú aun intentas acercarte a mí, diciéndome miles de cosas más y yo amor reacciono y te digo: Silencio por favor alteras mi paz, apúrate que vas a perder el tren, no gastes tus palabras en algo que no sucederá, te compre un ticket de ida y sin retorno al planeta de nunca jamás.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
ORIANA RAVELO.