Hay palabras llenas de ternura,
dulces, traviesas, emocionantes;
otras, nos llenan de amargura
por ser fingidas y distantes.
De las primeras yo te pido,
de esas, tan emocionantes;
dímelas dulcemente al oído
como lo hacen los amantes.
El tiempo es corto, se va el día
como lo es, en verano la noche;
hablame al son de esta melodía,
con dulzura, sin ningún reproche.
Dime que me quieres, cuéntame,
lo que siempre, me has querido;
y si fuera preciso, ¡miénteme!
para sanar mi corazón herido.
J.Plou