Lucero Moscoso

¡Madre!...


Divino tañido del más sublime canto
habitado a deidad de tu seno blando 
purificado anegará todo fauno llanto.

Contigo ningún mar divisaré distante
siempre tus alas entre azules oleajes
levarán mi barco indómito y cobarde.

Con acariciante parpadeo manas rosas 
y un ave perfumada es oda de tu boca
que aparta de la vida vaga y soporosa.

Y tu espléndido corazón en vides puras 
enjaulará penas que al alma conturban
donde sosegados los males poco duran.

Tú que toda lid con valor y amor asumes 
y limpias todo lodo que infeliz... yo pise
aunque ingrata el alma... tú le alumbres.

¡Madre!... maravillosa… ¡tan indefinible!

… ¡¿Con cuál palabra justa te circunscribo 
si a rebosado leño de tu abrazo límpido 
en riqueza inefable siempre he vivido?!...

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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.