Dibujando tu sonrisa en mi mente,
Pude arrancarle al silencio, el sonido de tu voz,
Tu risa contagiosa, tus bromas, tu afán de imponerte,
Ante todo la maravilla de tu gran corazón…
Hoy no ha sonado el teléfono,
Hoy no podrás leer el mensaje que guarde para ti,
Hoy sólo puedo levantar los brazos al cielo,
Y elevar una oración por ti,
Hoy sólo podre imaginar tu alegría, a través del viento,
Mas me consuela saber que tu, si me puedes ver a mi…
Saber que te escondes tras una nube blanca,
Y con la lluvia tus caricias me darás,
No importa su frialdad,
Si sé que desde el cielo, tu amor me puede abrazar,
Como cada noche a través de una estrella,
Por la bendición de Dios te puedo contemplar…
Aun no comprendo, el por que de tu partida,
Es algo que me duele y no puedo aceptar,
A veces pareciera que me estas esperando, como cada día,
Cuando el tiempo me permitía llegarte a visitar,
Tus atenciones, tu ternura que conmigo tenias,
Y tu amor incondicional,
Como el de una madre para su hija,
Siempre me quisiste sin juzgarme, y me aceptaste con mi verdad…
Hoy quiero decirte que siempre te quise,
Gracias le doy a Dios por permitirme conocerte,
Gracias por tus consejos, por los días que conmigo compartiste,
Gracias TIA, por quererme como me quisiste,
Donde quiera que estés no dejes de iluminarme,
No me dejes vencer y ayúdame a levantarme,
Tu fuerza de voluntad, tu eterna alegría,
Me hacen recordarte como el sol brillante de cada día…
Hoy elevo esta oración al cielo, para mi ángel de la alegría,
En el que te convertiste desde la triste tarde de tu partida,
Perdona te ruego mi cobardía,
De no poder resistir el último adiós, para quedarme con tu ultima sonrisa,
Gracias por llamarme, por esperar por mí en tu agonía,
Gracias por las palabras de tu corazón, aunque tus labios no pudieron hablar,
Se que también me escuchaste, porque enmudecí, al mirarte tan indefensa,
Mi corazón también hablo y sólo pude darte un beso, para que no me vieras llorar,
Gracias por sonreírme, perdón por tus lágrimas,
Sé que como yo me querías abrazar,
Dios guarde tu alma y le de la luz a tu espíritu para poderle contemplar,
Y ante su presencia, la paz y la sanación puedas encontrar…