El delirio encerrado tras
el verdor de un jardín,
me hace elevar una plegaria
por la libertad del nido,
donde encierro las nostalgias
de mi vida,
poseído mi espíritu del
frescor matutino,
echo atrás el camino
para encontrar la razón,
de seguir las huellas
de un viejo corazón.
Flagrantes verdades,
encierran mi devaneo,
en el eterno intento
de proseguir navegando,
hacia el destino trazado
en un olvidado libro,
sin soledades aparentes,
sin sueños compartidos,
estrecho el cerco que
tendí hacia el horizonte,
para presagiar el intento
de comunicar sentimientos,
que a muchos no ha de gustar,
pero digan lo que digan
lo voy a intentar,
razones no me faltan,
para perderme tras las
letras olvidadas,
en un bosque de fragancias,
que me llenan de alegría,
con tan solo un gesto,
de hermosa poesía.
…y las letras,
han de venir para
tratar de acompañar,
la prosa de mi alma,
llenando de sueños
las infinitas líneas del amor.
Reservados todos los derechos de autor:
Carlos Dos Santos Daniel