“Sé de su presencia insignificante y un poco buitre
sé que es fantástico disfrazarse a ellos
sé que reniego de mi mismo”
Alejandra Pérez Carranza
Oigo en la distancia aquellos remos
vestidos con el resplandor calvo de su masa infecta
el murmullo de su plaga vocifera
la zarpa andrajosa de la envidia
la avispa agita en la migraña
(hay tanto sopor en mi cabeza)
la miel es tu lengua: auditorio de tu enjambre
cuando proferiste el radar leproso de tus ecos.
“Si haces algo bueno
y te critican. . .
recuerda que la critica es el aplauso de los envidiosos”
Y entonces el fruto dio sombras en su raíz
el mismo mar me tradujo su idioma
y fueron piratas en multitud
desembarcaron a desollar los sordos enemigos de las olas.
Mis olas y mi voz hambrienta sudaron los templos
el iris del verso encorvó en los dientes
y el poema fue sostenido enredándose con el himno
y me fui abreviando en la última batalla
fija
precisa
el ancla interminable: escribir.
Y aquel tono mastica tus preguntas
y tu pregunta la regurgitas con la hiel
y la hiel mancha el color de tus labios.
Y tropecé sobre el bastón apolillado de tu porte
en la daga metálica: tu nombre
escrita en el obscuro cajón de tu flotante murmullo
que se empuña
el dardo que acuñó la obsidiana
de que no eres poeta
sólo el presagio falso en la huella convirtiéndose en tinta
colorante vulgar indefinible como gusarapos en el agua.
Y me hizo sombra la alborada hacia al viento
la ropa hueca sobre el armario. . .
una manta reciente en la puerta. . .
el café amargo que bebí en tu casa.
Fui alacena en tu pared
mientras un tren deletreaba tus acústicos ojos
en tus ventanales
el contrabando en la piel que renegó la luz
brisa cruda dorándose como serpiente.
Y llueve en el mes de abril
y Popocatépetl es una estrofa dentro de su voz trágica
…resumen volátil de mi reflexión.
Bernardo Cortés Vicencio
Papantla, Ver.