En una gran fiesta
de mucha emoción
la tortuga dispuesta
bailó reggaetón.
La música sonaba
y el señor lagarto,
sus dientes mostraba,
mientras daba saltos.
Las dos mariquitas
el Conejo y rana
en danza bonita
alegres saltaban.
El alegre festín
fue una maravilla
y hasta el puerco espín
bailó con la ardilla.
Alejandro J. Díaz Valero