Eugenio Sánchez

AMANECER ANDINO

 

 

La noche  recoge   su negro telón,

sus pasos sus latidos y su sombra,

un suspiro auroral susurra a mis oídos

acalambrando mis tendones, 

erizando mi piel y todo mi esqueleto .

Una luz fulgurante nace en el oriente,

van cerrando sus ojos uno a uno los luceros

otros, se esconden y huyen aterrados,

los gallos menudean, se alborota el  gallinero.

En la quincha las ovejas balan  

y crujen los chanchos en el chiquero,

lloran los sauces lágrimas de júbilo,

y  una sinfonía  de zorzales me despierta

es la  alborada que  al Señor rinde pleitesía .

Amaneció en el ande, el sol va pintando la cordillera,

brillan las rocas, y en la ladera los arbustos reviven.

es mayo, las flores silvestres multicolores

inundan de fragancia   el paraje,

los coposos molles pintan de verde la orilla del río,

canta el agua diáfana de las  cascadas  

y las tranquilas posas  plateadas

retratan a las palomas que fugaces vuelan

buscando en las parvas el sostén diario

una humareda espesa emerge por el tejado

y resuenan los golpes del batán; 

la chacra recién arada huele a tierra húmeda,

el rostro angelical de un niño es color del bizcocho

y es color de  las tunas de maram.

el sol calienta mi poncho de lana,

mi perro se baña en esa luz y se revuelca.

Es el nacer de un nuevo  día  

es un nuevo intento, es un nuevo reto,

es  como abrir la siguiente página de un libro,

es volver a la faena, y a Dios doy gracias

por concedernos  este milagro.

 

J. Eugenio Sánchez Bacilio (Jesbac)