Miénteme, si
qué importa una vez más
en este carnaval diario
donde el día es noche
y la noche un infierno.
Miénteme de nuevo
arráncame la honradez
que cae olvidada de mi atuendo
como hábito en desuso.
Miénteme y quema mis labios
cauterizando reproches
entre besos febriles
que me sumerjan en esta corriente
de despreocupación colectiva.
Miénteme,
prométeme el cielo
sintiendo el suelo que pisamos
hundirse bajo nuestros pies.
Miénteme, si
hazme arder en la hoguera
de este baile de máscaras.