María de los Angeles Bastianelli

Una lágrima, se perdió en el mar

Y ella rodó por mi mejilla, y fue tan fugaz que no puede detenerla

Pero fueron muchas más las que le siguieron, solo que ya no importó

El no sabía que me ahogaba el llanto, no podía verme, si pude imaginarlo

Ahí sentado leyendo mi tristeza y escribiendo palabras de contención

Saber que el mar estaba tan cerca me condicionó,

hizo que me dejara llevar y confiara aun más en él

Permitirme ser toda yo, con mis alegrías y penas a cuestas

 

Es que solo es la segunda vez que hablamos

No quiero perder la oportunidad de encontrar ese amigo

Aquel que tal vez pueda gustarle y desee verme

Aunque solo sea una vez al mes.

El sabe bien lo que busca y yo entiendo,

que puedo cumplir con ese pacto

La vida se encargará de unirnos o no

 

Ya cesaron mis lágrimas, confié mis tristezas, mis por qué

Quizás sea él quien traiga el aroma a lo prohibido que estoy buscando

Alguien que le de sabor y color a mis horas amargas

Quien logre que siga soñando con cada atardecer sin deprimirme, solo desearlo

Un amante que desee estar a mi lado, regalarme esa magia que perdí

Esa seducción que me excita y me mantenga al filo de la cornisa

Que seamos dos complementando un amor que no será

 

Solo una pasión carnal que ambos deseamos degustar

Y que se haga piel su sentir, y deseo,  mi falta de intimidad

Salvar las distancias, encontrarnos y saciar la sed de su alma y la mía

Construir una relación adulta, fuerte, excitante, esa que los dos estamos buscando

Solo amantes, amigos, cómplices de una vida que necesita del vértigo

Especialmente la mía…y llegue al fin oxígeno a mis días

Coloreando  mis imágenes y permitiéndome ser, soñar, desear, sentir

   

                                                                       Prisionera del Erotismo