Retrato de la fe
Yo soy un pobre profesor oscuro,
ni la sombra de la sombra del autorretrato del buen Parra,
amo a mis niños, no sé tocar guitarra
y evité como pude del dolor el apuro.
Qué más puedo decir, que les juro
que amé a quienes amé, que fui de farra,
que hay más de una canción que me desgarra,
que creo en ser feliz y en el futuro.
El resto lo olvidé, mi tiempo impuro,
las cosas del adiós y las que embarra
mi viejo corazón con su conjuro.
Fue todo como un vino en una jarra:
misterio, comunión, y junto a un muro
un brindis con la vida y sin amarra.
09 05 12