Hoy, no le escribo a la mujer…
Hoy le escribo al amor presente
a aquel que reside dentro del corazón…
al amor sublime,
al amor más cercano a Dios.
Al amor que no conoce limites
y lo da todo con fervor:
un cuento, un beso, una linda canción,
un abrazo y hasta una lágrima de emoción…
ella, lo da todo, lo da por amor.
Y aunque pueda parecer
triste, afligida y preocupada
no lo hace por ella…
sino por los que ama,
por los que se entrega.
Desde que nos ve por primera vez
hasta cuando tiene una palabra de aliento,
de ayuda, de entrega…
Porque no hay mujer que no pueda amar
igual que una madre,
porque madre, es esa bella palabra,
esa mágica entonación
que aprendemos hablar
cuando descubrimos al ángel,
a Dios en el corazón
de aquel ser alado que bajo
para darnos su amor, cuidados y protección.
Por darnos vida, con tú vida
quiero agradecerte mi ángel
y con un abrazo y un beso
darte quiero mis deseos
y decirte cantando quiero
que seas muy feliz, muy feliz mi querida Mamá…
Remlid
DA² - 11/05/12