Ya no más,
solo la casa vacía
solo desolación
y ya no más
nada.
El techo blanco
y las paredes mudas,
solo la puerta
entreabierta,
sus piernas,
su boca desnuda,
extraña...
Sombras me asolan,
solitarias,
sus pasos no vienen
y retumba su voz
bajando
las escaleras
hacia otro lugar.