Ella me espera
sentada en la vereda desde mi siempre.
La he esquivado tantas veces,
mintiéndome,
vestida de coraje.
Ella me espera callada
es como un ritual que no los años anquilosan.
Me aguarda fría
a veces se anuncia,
y entre plegarias se asoma
urdiendo para mi la confusión.
Se hospeda en casa
me ve, me mira, contemplándome
y desde sus adentros me llama
siempre me llama.
Empañando el mañana
rosa el aliento,
tiemblo.
Permanezco
como condenada esperando ( la)
me inunda la culpa y la vergüenza
estoy sola como siempre,
rodeada de otros, está ella, ahí esperándome
como sepultura que vive bajo este sudario
alimentando con veneno
mis senos
mi tiempo.
El bostezo de las horas
no acaba junto a las mentiras.
Me desnudo
mis gritos arrastran toda la noche al vacío,
sangro
y otra vez
y otra vez y ella me espera.
LIBERTAD MANQUE, CHILE