Noche, noche acaso arremetí a tus hijas que se hacen llamar lunas
Si asi fue pido el placer del perdón
Se que te ofendi y no fue esa mi intención.
Pero me has privado de sus encantos
Sus suspiros sus alagos.
Mi risa es provocada por el néctar de sus labios
Maldita la hora en que le falle
Maldita la hora de su rechazo.
Y se hizo costumbre verla en veladas oscuras
En la noches eran risas
Y en las tardes eran dudas.
Ahora el tiempo se ha convertido en mi aliado
Aunque la tengo lejos
Pareciera que estuviera a mi lado.