Que no quede el papel sin ser escrito
ni muera en soledad la letra bella,
que siempre brille como nueva estrella
un poema lanzado en dulce grito.
Que no muera en las sombras este rito
sin dejar en su camino alguna huella,
que siempre nazca luz de una centella
que ilumine poeta y manuscrito.
Que renazca el jardín de primavera
de manos de juglares sin frontera,
que sea trino, música y campana
la rima que concibe el corazón.
Que Dios bendiga vuestra inspiración
y la nutra vivaz, rica y lozana.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.