julio de guernica

Incertidumbre

Tal vez fue una secuela de tu encanto,

que la luz de tus ojos reflejaba,

cada vez que los míos te miraban,

 e inerme me obligó a quererte tanto...

 

Quizás fue que en mi oído se hizo canto

 el eco de tu voz, si me nombraba,

o el cáliz de tu Flor que transformaba

con su mágico aroma mi quebranto...

 

Ya no sé si culpar a tu ternura,

 al cielo de tu piel o a tu sonrisa;

 al sueño de bordar en mi divisa

 

 los destellos del sol de tu hermosura;

o a saber que se enciende mi locura

en el fuego del soplo de tu brisa.