Me doy cuenta,
que al estar en tus brazos,
mi mundo se detiene
luego de un suave y etéreo
toque de tus dedos.
Mi mundo envuelto en llamas
se encuentra por encima del pantano
relajando su enardecido clima
volando a velocidades inauditas.
Los latidos en mi pecho se aceleran
mirando desde lo alto
envuelto en la opulencia
bebiendo de tu néctar
bañándome en tus ríos
la vida en es larga
en quince minutos.
El reloj en la pared
a marcado media noche
mi niña no va a llorar
sin un derroche
de nuevo tiene que partir
Y de nuevo en mi ventana
su mano diciéndome adiós
trae consigo mi dolor
reclamándole a dios
de mi tristeza su color